domingo, 7 de julio de 2013

La A.D Llerenense, D. Fernando Robina y el Sevilla FC.

D. Fernando Robina Domínguez,  fue la piedra angular de la gran  relacción entre la A.D. Llerenense y el Sevilla FC, en el libro "Historia de la Agrupación Deportiva Llerenense" se publica lo siguiente
 
 
 
 
En la página web www.sevillacf.com en el apartado dedicado a los Presidentes del Sevilla FC encontramos este texto
 
 

JUAN LOPEZ SANCHEZ      
                                                                                                                                                  UN PRESIDENTE SIN SUERTE      19-9-1963 hasta el 4-05-1966
Con toda seguridad Juan López Sánchez vivió en la presidencia del Sevilla los peores momentos que había vivido la sociedad hasta ese momento. Ya en el mandato de Guillermo Moreno su predecesor comenzaron las penurias económicas en la que había entrada el Sevilla, túnel al que no se le encontraba nunca el fin.
La construcción del hermoso estadio Ramón Sánchez Pizjuan condenó a todos los presidentes que vendrían tras su terminación, la losa económica no permitía a ninguno de ellos hacer grandes dispendios puesto que todo el dinero que se recaudaba era para pagar a los jugadores y las deudas contraídas por la magna obra.
Juan López Sánchez en el momento de hacerse cargo de la nave sevillista tiene que luchar contra dos frentes muy definidos, la situación económica que no permitía hacer inversiones en buenos jugadores y el que la afición da la espalda al club en un momento decisivo de su historia, en parte por las “guerras” internas y en parte porque la bajada de calidad en los deportivo no invitaba al seguidísmo. Los socios habían visto en un pasado demasiado reciente a grandes figuras en su club y ahora la falta de estas figuras no la soportaban fácilmente.
Tres años duró el mandato de Juan López Sánchez y fueron tres años de suplicio y penurias, al finalizar la primera temporada, López Sánchez realiza una- en principio- importante operación financiera vendiendo los 22.000 metros cuadrados propiedad del Sevilla que se encontraban detrás de la grada de gol norte, el montante de la operación llega a los sesenta y seis millones largos de pesetas, cantidad importantísima pero que quedó devaluada debido a las grandes deudas que arrastraba el club. Se taponaba uno o varios de los agujeros pero evidentemente no quedaba dinero para reforzar el equipo en pro de mejoras deportivas, más aún se debilita el mismo con los traspasos de Ruiz Sosa y Agüero. Las cosas no salen como se desean y al tener que reforzar el equipo con jugadores que proceden de desechos de otros club o el no encontrar otro camino que buscar en la cantera, da como resultado que el equipo haga unas temporadas mediocres. Gallego en edad juvenil es subido al primer equipo, pero todo el sevillismo sabía que si el de Puerto Real cumplía las expectativas que había creado, pronto sería traspasado, tal como sucedió. Durante el mandato de Juan López Sánchez, tres técnico comenzaron sendas temporadas: Pedro Otto Bumbel que consiguió un mediocre noveno lugar, Fernando Daucik que aún lo clasificó más bajo, concretamente en el lugar décimo y finalmente Ignacio Eizaguirre que no llega a cumplir la temporada completa teniendo que ser sustituido por Juan Arza que al final logra parar el descenso del equipo que irremisiblemente buscaba la segunda división. Solo se ficha al paraguayo Cabral que da un regular rendimiento. Juan López Sánchez se rodea de amplios sectores del sevillismo y nombra como vicepresidentes a Antonio García Carranza y Fernando Robina y como vocales a Pedro Cava, Francisco Alcalá, Fernando López, Manuel Burgos, Carlos Sundehin, Manuel Zafra, Luis Ibarra, José Huesa y al incombustible Antonio Sánchez Ramos.
Uno de los aciertos en lo social que tiene el club es el nombramiento del marqués de Contadero- ex presidente y ex alcalde- como Presidente de Honor del Sevilla FC.
En lo deportivo poca cosa- lo más notable la consecución del Trofeo Costa del Sol en 1.964- y eso sí, un éxito se puede considerar el colocar al frente de la cantera a buenos técnicos para fomentar la salida de grandes promesas, aunque desgraciadamente no las pudiese disfrutar el colectivo social.
A la salida de Ruiz Sosa y Agüero seguirían las de Gallego y Oliveros, toda la España futbolística está pendiente de los jugadores que se van formando en el Sevilla, para llegado el momento comprarlo.
López Sánchez en su segundo año de mandato incorpora caras nuevas a su consejo directivo como es el caso de José María Alcalá, Joaquín Castro y Carlos Carvajal. Las intenciones eran magnificas, pero el dogal que se apretaba cada vez más sobre el “cuello” del debilitado club no permitía reaccionar al equipo en lo deportivo y Juan López Sánchez- al que muchos le llamaban el “droguero”- por ser el propietario del más importante almacén de droguería de Sevilla. Antes de llegar a cumplir el tercer año, tiene que dejar la nave sevillista por recomendación médica.
López Sánchez fue un presidente que sufrió lo indecible por enderezar el rumbo del club, pero estaba claro que la losa de la construcción del Sánchez Pizjuan era demasiada pesada y pasaría factura durante muchos años.

 




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